Creditos foto: http://noquedandominios.blogspot.com.br/2009/12/las-reglas-del-azar.html
Había una
vez un niño pobre que vivía en China y estaba sentado en la vereda, afuera de
su casa. Lo que él más deseaba era tener un caballo, pero no tenía dinero.
Justamente ese día, una caballería, que llevaba un potrillo incapaz de
acompañar al grupo. El dueño de la caballería, sabiendo el deseo del niño, le
preguntó si quería el caballito.
Exultante,
el niño aceptó. Un vecino, tomando conocimiento de lo ocurrido, le dijo al
padre del chico: "¡Su hijo tiene suerte!" "¿Por qué?",
preguntó el padre. "Mire", dijo él, "su hijo quería un caballo,
pasa una caballería y le regala un potrillo. ¿No es suerte?". "¡Puede
ser suerte o puede ser azar!", comentó el padre.